El timelapse: otra manera de mirar
Castellote es un pueblo del Maestrazgo turolense, de unos 500 habitantes, del que estoy enamorado. No solo porque me vio nacer, sino porque está lleno de paisajes asombrosos, y sus gentes son maravillosas. Regreso a él tan pronto como mis obligaciones me lo permiten. Durante la realización de este timelapse de Castellote, he disfrutado sobremanera, porque he podido contemplar increíbles amaneceres, atardeceres y noches estrelladas y de luna…
He pasado muchas horas en contacto con la naturaleza de Castellote, y las sensaciones que he experimentado mientras la contemplaba, formarán siempre parte de mi memoria. He colocado mi cámara, una Sony alfa 7s, en aproximadamente 40 localizaciones, y he realizado alrededor de 27.000 fotografías para confeccionar este timelapse que os presento.
Por cierto, desde esta página quiero agradecer a todos aquellos que me han facilitado acceso a las diferentes ubicaciones para realizar algunas de las grabaciones, en especial a la familia Faci-Millán, a José Luís Carbó y a Cristina y la Peña Ezcarry que me abrieron sus puertas para poder colocar allí mi cámara.
Ponedlo en pantalla completa para ver mejor el movimiento de las estrellas!!!
Creo que todos saben lo que es un timelapse, pero para todos aquellos que no estén familiarizados con ello, intentaré explicarlo de forma sencilla.
Antes de nada me gustaría decir que la palabra timelapse, o time-lapse, no figuran en el diccionario de la RAE, pero es ese el término, que por uso y abuso, mejor representa esta técnica fotográfica.
Un poco de historia
No os creáis que esta técnica se acaba de inventar. A principios del S.XX ya se utilizaba una técnica parecida, llamada «paso de manivela», que servía para filmar fotograma a fotograma. Es lo que hoy se conoce como stop motion. Con ella se conseguía el efecto de movimiento de los objetos inanimados.
Aquí podéis ver El Hotel Eléctrico, de 1908 de mi paisano Segundo de Chomón. ¡Como se lo curraban!
La sensación de movimiento
El time-lapse tiene mucho en común con esta técnica, ya que en realidad, para proporcionar sensación de movimiento, se realizan fotografías cada cierto intervalo de tiempo, de tal forma que cuando se proyectan de forma continua, a 24, 25, 30 fps. (fotogramas por segundo) la sensación de movimiento es completa gracias a la persistencia retiniana. La diferencia del stop motion respecto al timelapse, radica en que en el stop motion los objetos son animados por los creadores, mientras que en el timelapse se capturan instantes de realidad que suceden delante de nuestra cámara, no necesitan ser animados por nosotros.
La primera vez que vi una película grabada con la técnica que hoy llamamos de timelapse, fue en 1983: Koyaanisqatsi. Se filmó entre 1975 y 1982 (muy laboriosa la grabación).Hoy en día son miles los vídeos o películas que contienen timelapses. Basta darse una vuelta por Vímeo o Youtube para ver la ingente cantidad de material que hay, generalmente de gran belleza. Me atrevería a decir que por sí mismo, el timelapse, ya se han convertido en un género propio.
El timelapse como método de expresión
¿Por qué han proliferado tanto los time-lapses? Creo que la respuesta a esta pregunta es fácil: por los avances tecnológicos. Ahora las cámaras digitales pueden programarse, e incluso existe software que gestiona el ajuste de diafragma y el tiempo de exposición. La mayor sensibilidad de las cámaras, y la obtención de mejores resultados en las fotografías nocturnas, nos han lanzado a todos al monte (y nunca mejor dicho) para capturar aquello que el ojo a simple vista no es capaz de ver.
En qué consiste el timelapse
Aunque ya lo he adelantado, consiste en la toma de un gran número de fotografías a intervalos prefijados, de un motivo (paisajes, escenas urbanas, etc), con una cámara que debe estar fija en el momento del disparo. Lo de la fijeza de la cámara (sobre trípode, slider, o cualquier artefacto) lo digo porque si se está trabajando a velocidades de obturación bajas, cualquier movimiento, estropearía la toma. Con esto no quiero decir que la cámara no se pueda mover, y de hecho se mueve en la mayoría de los time-lapses, pero lo hace con un motor (en el trípode o en slider) sincronizado con la cámara para que no coincida el desplazamiento de la cámara con la apertura del obturador en el disparo.
En condiciones buenas de luz se pueden hacer también timelapses en movimiento (con la cámara en el capó de un coche por ejemplo), siempre que pongamos una velocidad de obturación elevada, a no ser que deseemos deliberadamente un efecto de blur o desenfoque sobre nuestros planos.
Teniendo en cuenta, que de media, 1 segundo de vídeo son 25 fotogramas, hacen falta 1500 fotografías para obtener 1 minuto de timelapse. Como podéis comprobar, el trabajo sería de locos si tuviésemos que hacerlo de forma manual como se hacía no hace muchos años. Hoy las cámaras de vídeo, y de fotografía casi todas ofrecen esta opción. Depende de modelos puedes utilizar unos programas preestablecidos, o definir tu mismo, de forma manual, los parámetros que prefieras. Evidentemente, no es lo mismo hacer un timelapse de un atardecer, donde la luz va cambiando muy rápidamente, que hacer otro a la luz del mediodía. No se trata de la misma forma la velocidad de obturación en un timelapse nocturno de estrellas (mucho tiempo de exposición), a uno de amanecer (el tiempo de exposición disminuye a medida que se hace de día). Marcar estos valores en la cámara de forma manual, puede resultar un tanto tedioso, así que aquí os explico como se puede hacer con el software de una cámara, en mi caso una Sony Ilce 7s.
Lo mejor de un timelapse
Llegados a este punto os diré que lo mejor de hacer un timelapse es el hacerlo. Si, si, aunque parezca una una perogrullada, en el planteamiento hay que tomar una serie de decisiones que condicionan todo el proceso.
- ¿Dónde lo hago?
- ¿En cuántos escenarios voy a grabar?
- ¿Noche, día o de todo un poco?
- ¿Urbano o rural?…
- ¿De qué duración quiero los clips?
- ¿Hay fácil accesibilidad, va a llover?
Tened en cuenta que vais a pasar muchas horas junto a la cámara, así que os sugiero que elijáis bien los sitios. Os puedo decir que es una auténtica gozada ver amaneceres o atardeceres, o maravillosas noches estrelladas, tumbados en el suelo, junto a la cámara. En ocasiones tendréis incluso que dormir junto a ella, así que ya podéis ir preparados. Por la noche, cuando se trabaja a exposiciones de 20 segundos para capturar el movimiento de las estrellas, la cámara tiene que estar muchas horas, por eso hay que ir bien preparados de baterías. Yo con mi Sony alfa 7s, con el adaptador de empuñadura con dos baterías completamente cargadas, he hecho capturas de más de 5 horas. De todas formas si la cámara está muy bien «trincada» podéis cambiar las baterías con mucho cuidado de no mover la cámara (hace falta un buen trípode!!).
El timelapse percibe lo que al ojo se le escapa
¿Porqué creéis que ha triunfado tanto este tipo de vídeo-creación? En mi opinión, porque ofrece una visión de la realidad diferente a la que percibimos habitualmente. Al condensar el espacio-tiempo de una determinada realidad, la apreciamos diferente, y es capaz de transmitirnos sensaciones que desconocíamos.
Los timelapses ofrecen pedazos de realidad condensados, y eso nos produce satisfacción. Ver el movimiento de las estrellas de una noche en 10 segundos, por ejemplo, nos hace partícipes del movimiento del universo. Si vemos ascender la luna y cruzar el cielo en segundos, nos apercibimos del paso del tiempo, y del movimiento relativo de la Tierra y de la Luna. Una gozada, sobre todo cuando lo has hecho tu mismo!!.
Espero que no os haya aburrido mucho. Se han quedado algunos temas en el tintero, pero no quería extenderme más. Otro día ya escribiré sobre cómo los utilizan los diferentes programas y series de televisión. La verdad es que la condensación espacio-temporal que se da en los timelapses, da para hablar largo y tendido…pero será ya en otra ocasión.
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